Omaida Melissa García
Morelia, Michoacán | 17 de junio de 2025.- El Congreso del Estado de Michoacán volvió a exhibir los resabios del machismo político que aún permea en sus curules. Esta vez, el epicentro fue la diputada Eréndira Isauro Hernández, representante del Distrito 05 de Paracho, quien denunció públicamente un episodio de violencia política de género perpetrado en plena sesión legislativa.
El agresor: el diputado independiente Carlos Tafolla Bautista.
La frase que detonó la indignación: “La inteligencia artificial piensa más que la diputada.”
La declaración se dio como respuesta a los cuestionamientos de Isauro sobre el uso de herramientas digitales —específicamente, inteligencia artificial— en la elaboración del dictamen para entregar la Medalla Michoacán al Mérito Docente. Lo que siguió fue una escena que no puede ni debe ser minimizada.

Desde su curul, la legisladora alzó la voz y sentenció:
“Diputado Carlos, no hay disculpa. Ya estuvo suave que se hagan esas expresiones de misoginia. Hago la denuncia pública en este momento y en las próximas horas la estaré formalizando, porque no se vale.”
El incidente no ocurrió en silencio. La presidenta de la Mesa Directiva, Giulianna Bugarini Torres, interrumpió de inmediato la intervención del diputado para exigir respeto y detener lo que describió como una agresión inaceptable. Isauro Hernández agradeció el respaldo:
“Su postura envía un mensaje claro: no se tolerará la violencia de género en este Congreso.”
Pero el fondo del debate iba más allá de la ofensa. La diputada también cuestionó el uso de IA para calificar las propuestas docentes. “¿No hay asesores suficientes para revisar 17 propuestas? Es una falta de respeto a la labor docente y al proceso mismo”, dijo.
La agresión verbal provocó un eco de solidaridad entre otras legisladoras, que también exigieron un alto a la violencia política de género que —denunciaron— se reproduce, se normaliza y se invisibiliza desde las instituciones que deberían erradicarla.
La denuncia de Isauro no es solo un acto de defensa personal: es una alerta roja sobre los límites que aún no existen en el Congreso de Michoacán. Un Poder Legislativo que, mientras debate paridad, sigue siendo territorio hostil para las mujeres que se atreven a alzar la voz.