Por Omaida Melissa García | 637

Morelia, Michoacán | 3 de julio de 2025.– En Michoacán, casi una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia obstétrica, una forma de maltrato sistemático que ocurre en uno de los momentos más vulnerables de su vida: durante el embarazo, el parto o el puerperio. Frente a esta realidad, el diputado Toño Carreño Sosa, de Movimiento Ciudadano, presentó una iniciativa de reforma que busca reconocer legalmente esta violencia como una forma específica de violencia de género.

Desde la tribuna del Congreso local, Carreño lamentó que la violencia obstétrica haya sido normalizada e invisibilizada dentro del sistema de salud. “No son hechos aislados, es un patrón institucional que permite prácticas deshumanizantes contra mujeres que están por dar vida”, señaló.

La iniciativa plantea reformar la Ley por una Vida Libre de Violencia para las Mujeres en el Estado de Michoacán, con el objetivo de tipificar la violencia obstétrica como una modalidad claramente identificable dentro del marco jurídico estatal. Asimismo, propone cambios en la Ley de Salud para garantizar la implementación de protocolos de atención con enfoque de parto humanizado, basados en derechos humanos, consentimiento informado y trato digno.

Carreño citó datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) del INEGI: el 32% de las mujeres en Michoacán reportó haber sufrido violencia obstétrica, un porcentaje que supera el promedio nacional. Entre los abusos señalados están procedimientos médicos sin consentimiento, negación de atención o tratos humillantes en clínicas y hospitales, especialmente en zonas rurales o con población indígena.

“No podemos seguir tolerando que se les grite, que se les niegue información, que se les practiquen cesáreas innecesarias o se les intervenga sin su consentimiento”, declaró el legislador.

La iniciativa también contempla la creación de políticas públicas específicas, supervisión a centros de reproducción asistida, emisión de reglamentos con perspectiva de género y la promoción de investigaciones que profundicen en las causas y consecuencias de esta violencia.

“El cuerpo de las mujeres no puede seguir siendo campo de abusos. Parir con dignidad no debería ser un privilegio, sino un derecho garantizado”, concluyó.

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