•La diputada Giulianna Bugarini refirió que la violencia política de género “es una violación a los derechos humanos y una falta grave que no será tolerada en el Congreso”.
Morelia, Michoacán, a 25 de junio de 2025.- La presidenta del Congreso local, Giulianna Bugarini Torres, lanzó este miércoles un mensaje desde la tribuna del Poder Legislativo: no se tolerará más violencia política de género dentro del recinto. La advertencia, aunque institucional, es también un reflejo de una tensión acumulada que ha escalado en las últimas sesiones.
Detrás del pronunciamiento hay antecedentes que no pueden ignorarse. En semanas pasadas, las diputadas Eréndira Isauro, de la Representación Parlamentaria, y Fabiola Alanís, de Morena, fueron blanco de ataques que, más allá de la confrontación política, rayaron en la misoginia y el discurso violento.
“Los tiempos en los que se podía demeritar la inteligencia o la capacidad de una mujer por razón de su género se terminaron”, sentenció Bugarini desde la máxima tribuna del estado. En un tono firme, advirtió que toda intervención deberá conducirse con respeto y civilidad parlamentaria. “No está a discusión”, dijo, visiblemente molesta.
La presidenta del Congreso hizo un llamado directo a las y los legisladores de la 76 Legislatura: el artículo 33, fracción VIII, y el artículo 7, fracción VI de la Ley Orgánica son claros: el respeto y la armonía en los debates parlamentarios no son opcionales.
“Este Congreso debe ser un espacio de debate, sí, pero con altura de miras. Aquí no caben las descalificaciones, ni las agresiones disfrazadas de opinión”, sostuvo. Y fue más allá: cualquier expresión misógina será interrumpida y sancionada.
El mensaje de Bugarini no fue solo un posicionamiento institucional; fue también un golpe sobre la mesa para quienes, desde el fuero, han normalizado prácticas de exclusión y agresión hacia las mujeres en política.
El eco de su intervención resuena en un Congreso donde el machismo aún encuentra micrófonos. Hoy, desde la presidencia legislativa, se dejó claro que la violencia política de género no tendrá cabida. Y por primera vez en mucho tiempo, se escuchó con la contundencia que la urgencia amerita.